Amsterdam

(Originalmente escrito en Agosto de 2009)

Siento confesar que, en un principio, a mí no me gustó Amsterdam… 

Me explico…

Llegamos al aeropuerto (que parecía una estación de tren) y cogimos el tren (de 2 pisos) hacia Amsterdam. David me había estado dando la vara diciéndome que la Estación Central era peligrosilla y que tenía que ir al loro. Con lo cual, yo ya con cara de cague (“usease” poniendo cara de mala leche para darles miedo a los “cacos”), salí cagando melodías de la estación hacia el hotel. El hecho de que hubiera obras por todas partes tampoco me hizo demasiada gracia…

Llegamos al hotel que, para lo que pagábamos, muy bien. Salimos a dar una vuelta, y la calle donde estábamos me recordó a Magalluf y a los cachos mas cutres de Berlín…. “Ufff”, pensé para mí…

Debo decir en defensa de Amsterdam que es una ciudad de muchísimo ambiente. De acuerdo, nosotros fuimos en verano, cuando estaba lleno de turistas, pero me dio la sensación de que en invierno tenía que estar igual de animado.

Top 5:

Los canales (y su arquitectura)
La casa de Ana Frank
El Begijnhof
Vondelpark
Van Gogh Museum
Las mazmorras (aunque me sacaran como parte del show)

Ni fú ni fá:

Heineken Experience
La Plaza del Daam

Para nada:

El red light district… Patético
Las bicicletas – me parece genial que las usen, pero jolín, les da igual el peatón!!

La gente es muy agradable y súper abierta. Hasta el punto a veces de que son demasiado… despegados?. Tras unos días en Amsterdam, me di cuenta de que va a ser definitivamente uno de los lugares a los que tengo que volver, aunque no sea más que un fin de semana y, posiblemente, en invierno o primavera